Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Corintios 3, 1-15

1 Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a
carnales, como a niños en Cristo.

2 Os di a beber leche y no alimento sólido, pues todavía no lo podíais
soportar. Ni aun lo soportáis al presente;

3 pues todavía sois carnales. Porque, mientras haya entre vosotros
envidia y discordia ¿no es verdad que sois carnales y vivís a lo humano?

4 Cuando dice uno «Yo soy de Pablo», y otro «Yo soy de Apolo», ¿no
procedéis al modo humano?

5 ¿Qué es, pues Apolo? ¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de
los cuales habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor le dio.

6 Yo planté, Apolo regó; mas fue Dios quien dio el crecimiento.

7 De modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que
hace crecer.

8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; si bien cada cual
recibirá el salario según su propio trabajo,

9 ya que somos colaboradores de Dios y vosotros, campo de Dios,
edificación de Dios.

10 Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como buen
arquitecto, puse el cimiento, y otro construye encima. ¡Mire cada cual cómo
construye!

11 Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo.
12 Y si uno construye sobre este cimiento con oro, plata, piedras

preciosas, madera, heno, paja,

13 la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día,
que ha de revelarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la
probará el fuego.

14 Aquél, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la
recompensa.

15 Mas aquél, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. El, no
obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego.